Uruguay, May 1, 2020
Colaboradores de Farmashop cuentan cómo cambió su realidad laboral y cómo lograron adaptarse a esta situación.
El trabajo de Lourdes cambió de la noche a la mañana. Ese viernes 13 de marzo en el que el gobierno declaró el primer caso de COVID 19 en nuestro país llevó a que su función de dermo consejera, lo que suponía un contacto estrecho con el cliente, se transformara en atención telefónica al cliente en modalidad remota.
Lourdes de 58 años, quien trabajaba en la sucursal 19 de Farmashop ubicada en Almería esquina Hipólito Yrigoyen (Malvín), convirtió su hogar en oficina. Cuando la compañía le planteó la alternativa sintió miedo por desconocer la labor, pero percibió el desafío como una oportunidad.
Hace ocho años que desempeñaba su rol en la compañía y, si bien sus destrezas tecnológicas eran casi nulas, Farmashop le proporcionó todos los insumos necesarios para desarrollar la tarea: desde una laptop hasta auriculares con micrófono y wifi. Requirió en el proceso de capacitación, ayuda de sus compañeros de trabajo y su hija para adecuarse, pero el esfuerzo dio frutos.
“Yo con la tecnología no me llevo bien, pero estoy aprendiendo muchas cosas que son invalorables. Si no hubiese pasado esto, tal vez no lo hubiera aprendido nunca. Me ha enriquecido muchísimo”, analizó.
Y agregó: “No sé qué pasará a futuro, pero hoy es la oportunidad laboral que tengo y estoy poniendo toda la garra para sacar adelante cada llamada que me ponen en línea”.
Lourdes es una de las tantas uruguayas que tuvo que reconvertirse ante la nueva realidad que generó la pandemia a nivel mundial y una de los 240 colaboradores de Farmashop (de los más de 1.500) que pasaron a trabajar en la modalidad de ‘home office’.
En una situación diferente, pero igual de desafiante se encuentra Elizabeth de 47 años que trabaja en el “campo de batalla” como encargada de la sucursal 16 de Farmashop, emplazada en Alejandro Schroeder y Arocena (Carrasco).
“Nadie estaba preparado para una pandemia, pero tuvimos que adaptarnos. Hay que asumirlo y buscar la forma de salir adelante. Ese es nuestro cometido”, resaltó. La propia historia de Elizabeth denota su adaptabilidad a los cambios. Ingresó como cajera y fue creciendo en distintas posiciones dentro de la organización hasta alcanzar su actual puesto de encargada de sucursal.
Con un total de 30 personas a cargo, Elizabeth y su equipo son conscientes de la importancia de su rol en la actualidad ofreciendo insumos médicos, de higiene y medicamentos para la población. “Entendemos que podemos aportar desde nuestro lado un granito de arena”, explicó.
En este punto, resaltó que con frecuencia se piensa en las consecuencias negativas del COVID 19, sin embargo, hay que visualizar las positivas. “En estos momentos tan delicados uno encontró un gran grupo humano que lo sabe acompañar, un área de recursos humanos que lo apoya y una compañía que lo sustenta. Nadie está solo en su tarea, se está haciendo un trabajo para toda la sociedad. Lo vivo de esa manera, tratando de dar lo mejor día a día y que el entorno esté motivado para que no decaiga”, dijo.
Tanto Lourdes como Elizabeth son dos colaboradoras que ejemplifican el trabajo y la filosofía de Farmashop para brindar el mejor servicio a la comunidad en este singular contexto.
“Nuestros colaboradores son lo más importante de la compañía. Hoy están en el frente, realizando un trabajo muy profesional. En este momento, estamos más orgullosos que nunca por cómo nos están acompañando en esta crisis, que nos tiene a todos ocupados en generar acciones”, aseguró el director de Recursos Humanos de Farmashop, Roberto Acosta.
Para ofrecerles un entorno seguro, se comenzó a trabajar mucho antes de que llegara el coronavirus al país, al descubrirse el primer infectado en Argentina, en lo que denominaron etapa 0. De hecho, se conformó un Comité de Crisis compuesto por directores, gerentes y jefes con disponibilidad full time. Además, Victoria Frantchez, médica especializada en enfermedades infecciosas y docente de la Facultad de Medicina, brindó una conferencia sobre el tema en el evento trimestral, que reúne a encargados de sucursal, sostuvo Acosta.
En este sentido, fue clave el contar en su staff con dos técnicos prevencionistas y una médica laboral. Andrea Benítez, supervisora de Relaciones Laborales, remarcó la importancia de su colaboración. “Se generó un plan de acción y protocolos para cuidar la salud de nuestros colaboradores, la de los clientes y otras partes interesadas”, afirmó.
Además de ofrecer todos los elementos de protección necesarios para el personal -como guantes, tapabocas, máscaras, gafas y alcohol en gel- y reforzar las medidas de higiene en todos los espacios, se adoptaron cambios físicos en las sucursales añadiendo mamparas en el sector de caja y mostrador de farmacia como elemento de protección.
Como medida complementaria, se buscó minimizar la exposición del personal más vulnerable como los mayores de 60 años, personas con alguna patología previa y embarazadas. También se generaron bloques de horarios para tratar de reducir al mínimo posible el contacto entre colaboradores de distintos turnos, y en el caso del Centro de distribución, se definieron cuadrillas de trabajo en donde los diferentes equipos no interactúan entre sí, tanto en su labor como en las áreas comunes, enumeró Benítez.
Estas medidas son valoradas por los equipos de trabajo. “Los colaboradores denotan un compromiso muy significativo. Estamos haciendo un trabajo en equipo, tirando todos para el mismo lado en una situación compleja y eso se nota en la práctica”, señaló la supervisora. El compromiso se avala en indicadores. “Los resultados fueron muy positivos. La productividad está altísima y el rendimiento también”, aseguró Acosta.
Adecuarse a esta nueva realidad fue clave para lograrlo. “La venta presencial comenzó a caer, mientras el ecommerce a crecer significativamente. Entonces, decidimos mover los recursos porque la verdad que teníamos colaboradores en áreas que no estaban siendo tan demandados y que se estaban exponiendo sin necesidad”, explicó Acosta.
El cambio fue acertado: si bien en términos generales la venta cayó respecto al año anterior, en el canal ecommerce se incrementó más de 200%. Y añadió que las complejidades que ocasionó el COVID 19 hay que enfrentarlas de la mejor forma posible.
“Tenemos que ser igual de eficientes en atender las nuevas necesidades como pueden ser las medidas preventivas, el cambio en la modalidad de compras, la comunicación y la relación con los clientes. Apostamos a hacer lo mejor que podemos y creo que el balance es optimista, lo que se traduce en una buena experiencia para nuestros clientes y colaboradores”, remató Acosta.
La compañía está comprometida con su rol comunitario y trabaja de forma constante con instituciones de impacto social como Gurises Unidos y Aldeas Infantiles. Ante la situación actual, se colabora además con CanastasUy y Elegí Ayudar. En abril las donaciones en mercadería superaron los $200 mil y en mayo se hará una importante donación de kits a Elegí Ayudar. Además Farmashop duplicará el aporte de los clientes y se donará en total $ 1 millón al Plan Nacional Coronavirus. También se destinarán $ 500 mil al Fondo Solidario Cultural “Ruben Melogno”.